Texto del libro Historia de España contada con sencillez (José María Pemán).
Un gran obispo español
Convertida así gran parte de España al cristianismo, enseguida empieza a cumplir la que ha sido su tarea más constante en la historia: la predicación y extensión del Evangelio por el mundo. Los primeros actos de presencia que hace España fuera de sus fronteras, por otros países, son para defender o propagar la fe.
Así, el famosísimo obispo de Córdoba, llamado Osio, fue uno de los grandes defensores que, en aquellos primeros siglos de vida, tuvo en el mundo la doctrina de Cristo.
Era un hombre fuerte, sabio y de una voluntad dura, que no cedía a nadie ni a nada cuando se sentía seguro de su verdad. Llegó a alcanzar un gran influjo sobre el emperador de Roma, que se llamaba entonces Constantino, y consiguió de este que, al fin, dejara en libertad a la Iglesia de Cristo, para que viviera en paz sin sufrir persecuciones ni molestias.