El olor corporal se obtiene a través de los aceites: en Europa, olemos así por la mezcla de aceites (de girasol, de oliva, etc.); en África y América de aquel modo debido al aceite de palma, de cacahuete, de maiz…
Lo curioso es que muchos buscamos la razón del «olor» (del problema) en otros, en vez de aceptar que somos nosotros los que olemos… Sigue la anécdota con intención…
Las monedas no huelen, el que huele eres tú…
La próxima vez que alguien diga que la pieza de metal que sostiene en la mano huele, podrás decirle que el que huele es él. El olor metálico experimentado después de sostener el cambio en la charcutería, se produce por la ruptura de aceites en la piel tras tocar objetos que contienen hierro. La reacción química hace que la mayoría de nosotros nos dirijamos al baño y nos lavemos las manos para librarnos de ese olor a rancio.