Lo importante son los resultados (?)
Son muchos los que nos encontramos cada día. Y cada uno puede llevarse una marca nuestra. Lo decía un amigo: es extraño: he convivido más de doce años con los mismos compañeros de clase. No me acuerdo de casi nada de ellos; sus contribuciones a mi vida han sido escasísimas, a pesar del tiempo que hemos pasado juntos. Pero todos podemos nombrar varias personas con las que hemos coincidido tan sólo unos minutos y nos han marcado para siempre.
– ¿Tu nombre? – pregunta San Pedro al primero.
– Joaquín González.
– ¿El sacerdote?.
– No, no, el taxista.
San Pedro consulta su planilla y dice:
– Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponden esta túnica con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes pasar.
– Gracias, gracias …. -dice el taxista.
Pasan dos o tres personas más, hasta que le toca el turno al otro Joaquín González.
– ¿Tu nombre?
– Joaquín González.
– ¿El sacerdote?.
– Sí.
– Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponden esta bata de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito.
El sacerdote dice:
– Perdón. No es por desmerecer, pero… debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!.
– Sí, hijo mio, te has ganado el Paraíso. Te corresponden la bata de lino…
– ¡No, no puede ser!. Yo conozco al otro Joaquín González, era un taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista!. Se subía a las aceras, chocaba todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal, tiraba las farolas, se lo llevaba todo por delante… Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia. ¿Cómo puede ser que a él le den la túnica con hilos de oro y la vara de platino y a mí esto?, ¡Debe de haber un error!.
– No, hijo mío, no es ningún error -dice San Pedro-. Lo que ocurre es que aquí, en el cielo, nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacen ustedes en la vida terrenal.
– ¿Cómo? No entiendo.
– Sí, … ahora trabajamos por objetivos y resultados… Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida: Durante los últimos 25 años, cada vez que predicabas, la gente se dormía; pero cada vez que él conducía, la gente rezaba.
Y…. LOS OBJETIVOS SON LOS OBJETIVOS
Enviada por Helio Mira