La detección temprana de señales de alarma en el alumnado puede ser fundamental para prevenir situaciones de riesgo, especialmente en casos de conducta suicida. Es importante que los docentes y otros profesionales que trabajan con estudiantes estén capacitados para identificar estas señales y tomar medidas preventivas.

Algunas señales de alarma a tener en cuenta pueden incluir cambios significativos en el comportamiento, como la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, el aislamiento social o la evitación de interacciones con amigos y familiares. También es importante prestar atención a cambios en el estado de ánimo, como la tristeza, la irritabilidad, el enojo o la ansiedad, especialmente si son persistentes y graves.

Otros indicadores pueden incluir la aparición de comportamientos de riesgo, como el abuso de sustancias, el descuido de la higiene personal o la impulsividad. También es importante estar atentos a cambios en el rendimiento académico, especialmente si se acompañan de comportamientos preocupantes.

Es importante recordar que estas señales de alarma no son necesariamente indicativas de una conducta suicida, pero pueden ser un indicador de un problema subyacente que requiere atención. Si se observan estas señales, es importante abordarlas de manera proactiva, hablando con el estudiante y ofreciéndole apoyo emocional y recursos para obtener ayuda.

En casos de conducta suicida, es crucial tomar medidas inmediatas para garantizar la seguridad del estudiante. Esto puede incluir la remisión a servicios de salud mental, el contacto con un profesional de la salud mental o la notificación a los padres o tutores legales.

Directas

  • Comunicación sobre sentimientos de bloqueo, sufrimiento y dolor emocional profundo y estable.
  • Comunicación sobre sentimientos de desesperanza, con perspectivas de que no se encuentra salida o solución a la situación que se vive.
  • Comunicación sobre sentimientos de desvinculación de proyectos personales y del entorno social en que se desenvuelve.
  • Comunicación sobre sentimientos de no ser importante para nadie, de no ser querido por nadie.
  • Comunicación sobre la percepción y sentimiento de ser una carga para familiares y amigos.
  • Comunicación sobre pensamientos estables de deseo de morir.
  • Comunicación sobre deseo explícito de realizar una conducta suicida (sin plan de acción, haciendo referencia a métodos no determinados, señalando método específico aún sin plan, explicitando un
    plan de conducta suicida específico.
  • Comunicación o detección (por otras personas) de la búsqueda activa y recurrente de formas de suicidio.

Indirectas

  • Existencia de algún intento previo.
  • Conductas temerarias y de riesgo con la intención de hacerse daño.
  • Cambios repentinos y significativos de comportamiento y carácter, inquietud mantenida, nerviosismo, aislamiento…
  • Comportamientos frecuentes de angustia, ansiedad, ira, rabia, irritación, malhumor…
  • Señales estables de abatimiento mantenido, desinterés por las actividades cotidianas, abandono de relaciones, hobbies…
  • Absentismo escolar, abandono de las rutinas y tareas escolares. Alteraciones significativas de ritmos y patrones de alimentación, sueño, relaciones.
  • Comportamientos relacionados con despedidas inesperadas o “cerrar” y terminar situaciones o temas pendientes.
  • Inicio (o incremento) de consumo de sustancias adictivas.