La oración de Jesús es la conformación con la voluntad del Padre.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.124.
La vida sacramental sitúa el misterio de Cristo en nosotros. La vida de oración nos hace contemplar el misterio cristiano y adherirnos a él cada vez más conscientemente: pone ante nuestros ojos la cruz de Cristo y nos la hace aceptar. La ascesis cristiana es la adaptación sistemática de toda nuestra vida a la que debe llegar a ser su alma, el esfuerzo para poner la vida en consonancia con la fe.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.151.
El objetivo de la vida ascética es la unión con Dios mediante la unificación de las voluntades: mi voluntad y la voluntad de Dios Padre.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.160.
La perfección cristiana consiste en la unión con Dios.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.160.
Amar es decir con la propia vida que es maravilloso que el amado exista, entregándose uno mismo en calidad de amistad, filiación, paternidad, fraternidad o esponsalidad.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.160.
Ascesis significa ejercicio.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.163.
El fin de la virtud cristiana no es el autodominio, la autoperfección en sí, sino el amor a Dios y a los demás.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.165.
Dios se muestra a cada uno, pero es preciso estar vigilantes.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.169.
El sacrificio por otra persona es la prueba del amor verdadero.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.178.
La renuncia es parte integrante de la educación humana.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.180.
Disciplina se llama en el plano humano, mortificación en el plano sobrenatural.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.180.
El primer paso para la ascética cristiana es el de aceptar la cruz en la vida de cada día.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.181.
La ascética cristiana no es sólo martificación, sino también penitencia. Sólo difieren por su motivación respectiva. La diferencia es formal, no material. Ayunar para dominarse es mortificación; ayunar para expiar es penitencia.
Pablo Marti; Teología Espiritual, 2 edición, Rialp, Madrid, 2006, p.181.