«Discutir con un hombre que ha renunciado al uso y la autoridad de la razón, y cuya filosofía consiste en despreciar a la humanidad, es como administrar la medicina a los muertos o tratar de convertir a un ateo por las Escrituras».
«Discutir con un hombre que ha renunciado al uso y la autoridad de la razón, y cuya filosofía consiste en despreciar a la humanidad, es como administrar la medicina a los muertos o tratar de convertir a un ateo por las Escrituras».