A veces los padres no quieren reconocer o detectar los problemas que sus hijos pueden tener, como una posible limitación en su inteligencia, algún tipo de dificultad en su capacidad o algún trastorno. Esto puede deberse a varias razones, como el miedo a aceptar la realidad, la falta de información sobre cómo identificar estos problemas o la preocupación por el estigma social asociado a las discapacidades.
En cuanto a estudios que corroboran esta idea, existen varios que han examinado las barreras que enfrentan los padres para reconocer y buscar ayuda para los problemas de sus hijos. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista Pediatrics encontró que muchos padres de niños con trastornos del espectro autista tardaron en buscar ayuda debido a la negación o la falta de conocimiento sobre la condición. Otro estudio en la revista Developmental Psychology descubrió que los padres a menudo minimizan los problemas emocionales de sus hijos, lo que dificulta que los niños reciban el tratamiento adecuado. Estos estudios y otros similares sugieren que es importante para los padres estar abiertos a la posibilidad de que sus hijos puedan tener dificultades y buscar ayuda profesional si es necesario.