La Taxonomía de Bloom es un marco pedagógico que se utiliza para clasificar diferentes tipos de objetivos educativos y establecer una jerarquía de niveles de aprendizaje cognitivo. Fue desarrollada por el psicólogo educativo Benjamin Bloom en la década de 1950 y ha sido ampliamente utilizada en la planificación y evaluación de la enseñanza en diferentes contextos educativos.
La Taxonomía de Bloom consta de seis niveles de aprendizaje, que se organizan en una jerarquía que comienza con el nivel más básico y asciende a niveles de mayor complejidad. Los seis niveles de la Taxonomía de Bloom son los siguientes:
- Recordar: este nivel implica recordar información previamente aprendida, como hechos, vocabulario, definiciones o conceptos básicos.
- Comprender: este nivel implica demostrar la comprensión de la información aprendida y poder explicarla con tus propias palabras.
- Aplicar: este nivel implica la capacidad de aplicar lo que se ha aprendido a situaciones nuevas o diferentes.
- Analizar: este nivel implica la capacidad de analizar y desglosar información en partes más pequeñas para comprender cómo están relacionadas entre sí.
- Evaluar: este nivel implica la capacidad de juzgar la información aprendida y ser capaz de evaluarla de manera crítica.
- Crear: este nivel implica la capacidad de crear algo nuevo o original a partir de la información aprendida, como diseñar un plan o una estrategia.
La Taxonomía de Bloom se utiliza a menudo para planificar la enseñanza y el aprendizaje de manera más efectiva, asegurándose de que los objetivos de aprendizaje sean claros y específicos. También se utiliza para evaluar el aprendizaje de los estudiantes, ya que los diferentes niveles de la taxonomía pueden medirse de manera diferente, permitiendo una evaluación más completa y precisa.
En resumen, la Taxonomía de Bloom es una herramienta valiosa para los educadores y los estudiantes, ya que ayuda a establecer objetivos de aprendizaje claros y a medir el progreso en diferentes niveles de complejidad cognitiva.
Dominio | Categoría | Verbo | Ejemplo |
---|---|---|---|
Cognitivo | Recordar | Recordar, listar, nombrar, definir | «¿Cómo se llama la capital de Francia?» |
Cognitivo | Entender | Describir, explicar, parafrasear, resumir | «Explica con tus propias palabras cómo funciona la fotosíntesis» |
Cognitivo | Aplicar | Aplicar, demostrar, utilizar, implementar | «¿Cómo utilizarías una fórmula matemática para resolver este problema?» |
Cognitivo | Analizar | Analizar, comparar, diferenciar, clasificar | «Compara y contrasta los dos personajes principales de esta novela» |
Cognitivo | Evaluar | Evaluar, juzgar, justificar, criticar | «Justifica tu elección de la mejor solución para este problema» |
Cognitivo | Crear | Crear, diseñar, planificar, inventar | «Diseña un plan de negocio para una empresa de reciclaje de electrónica» |
Afectivo | Receptar | Atender, escuchar, mostrar interés, respetar | «Escucha con atención las opiniones de tus compañeros de clase» |
Afectivo | Responder | Participar, responder, cooperar, seguir instrucciones | «Colabora con tus compañeros en la realización del proyecto» |
Afectivo | Valorar | Apreciar, demostrar compromiso, defender, respetar | «Defiende tus valores y principios en un debate con tus compañeros» |
Psicomotor | Imitar | Imitar, copiar, reproducir, seguir una secuencia | «Reproduce la secuencia de movimientos de este baile» |
Psicomotor | Manipular | Montar, construir, desmontar, armar | «Construye un modelo a escala de un sistema solar» |
Psicomotor | Precisión | Medir, calibrar, dibujar, cortar con precisión | «Dibuja con precisión las líneas de este dibujo técnico» |
Psicomotor | Articulación | Tocar, interpretar, cantar, hablar en público | «Interpreta una pieza musical con tu instrumento favorito» |