La vida es lo que nos pasa. La realidad es cómo nos la tomamos. La actitud tiene una gran importancia. No debemos decir que «todo es relativo». Más bien que tenemos que aprender a descubrir ese «quid divinum» esa esencia de Dios que impregna la realidad.
Continúa con un microrrelato, una anécdota alegórica de la actitud ante la vida.
LA GAVIOTA QUE DESCUBRIÓ EL ARCO IRIS
Una gaviota volaba inmersa en una hermosa bruma de otoño, cuando a lo lejos vio encenderse el arco iris.
Asombrada por lo que creyó la entrada del cielo, se lanzó en su persecución. Pero cuanto mayores eran sus esfuerzos para alcanzarlo, tanto más escurridizo se tornaba el insólito fenómeno, hasta que por fin cayó al suelo exhausta.
En aquella circunstancia límite, oyó una misteriosa voz que le dijo:
«De la misma manera que el arco iris es una condición del que observa y no una realidad, también lo es nuestro mundo con los colores y las formas. Todo depende de las condiciones del observador, y de ellas surge lo que llamas realidad.»
Entonces supo la gaviota que había alcanzado, por fin, el arco iris.