Cuando se habla mal del ausente (relativamente común y aceptado en la sociedad actual) se falta a la caridad más elemental.
Se quejaba a Voltaire el duque de Roquelaure en estos términos:
-Creo que no existe remedio contra esa serie de calumnias que tan a menudo se generan en la sociedad y a las cuales nadie escapa.
-Sin embargo, hay remedio -se apresuró a decir Voltaire.
-¿Cuál?
-En toda reunión sea usted el primero en llegar y el último en marcharse.