El cartero desordenado
El desorden puede llegar a ser una enfermedad. Y llega a hacernos completamente ineficaces: a descuidar nuestro trabajo. Y luego, a poner un careto interesante (o disimular, que es otra forma de mentir). Como pasaba con aquel encargado de un gran almacén de perfumería de Valencia, que tenía un escondite para escaquearse del trabajo… No entendía que cuando uno trabaja, adquiere un compromiso con su empresa. Es cuestión de honradez personal. Especialmente si uno se dice cristiano…
El peor trabajo es el que se hace mal o no se hace. Las razones que podemos aducir son más bien excusas, ya que muchas veces si no lo hacemos nosotros, no lo hace nadie. No es como en casa, que mamá siempre repasa las cosas, y las ordena o rehace, por puro cariño escondido (y si no lo hace por Dios, entonces lo hará por manía…).
Tenemos aquí el ejemplo extremo de un trabajador perezoso, malo y embustero.
(Continúa con una anécdota…)
Un cartero esconde dos toneladas de correo sin entregar
Un cartero de la localidad siciliana de Messina (sur de Italia) ha sido denunciado por esconder en su vivienda más de dos toneladas y media de correo que nunca entregó a sus destinatarios, informaron medio locales. El cartero, de 53 años, acumuló la ingente cantidad de cartas a lo largo de al menos nueve meses, durante los que, ante sus jefes, aparentaba hacer el recorrido postal para entregar las cartas cuando en realidad se iba a su casa.
Los Carabineros (policía militarizada), que abrieron la investigación en diciembre, a raíz de las denuncias de los residentes en la zona, sospecharon del empleado porque era siempre el primero en terminar el «reparto» y regresar a la oficina. Fueron necesarios dos camiones para sacar la correspondencia de casa del cartero denunciado, que la guardaba en cajas.