Gloria Gratacós, directora del Área de Educación del Centro Universitario Villanueva, experta en educación y madre de varios hijos, sugiere algunas claves que hemos adaptado por enfermedad: para aprovechar mejor el tiempo en familia.
- Flexibilidad dentro de un orden: Es importante no perder del todo los hábitos adquiridos durante los meses pasados. Para eso, establece un horario, pero con flexibilidad y margen: estamos en una nueva situación, en otro contexto.
- Hacer actividades en familia: Aunque cada uno tendrá sus gustos y sus planes, es importante encontrar tiempo para hacer cosas todos juntos.
- Gratitud: El ambiente relajado es perfecto para impulsar el agradecimiento, que a veces con las prisas queda un poco en el olvido. Saber dar las gracias a los demás por los detalles, por los planes o por haberlo pasado bien juntos.
- Disfrutar de pequeñas cosas: El plan perfecto no tiene por qué ser caro o extravagante. Hay que enseñar desde niños a disfrutar con las cosas pequeñas como, por ejemplo, hacer galletas, tomar un helado, etc.
- Abrirse a los demás: Estar todo el día nosotros con nosotros mismos puede resultar poco enriquecedor.
- Actividades culturales en casa: Educar el gusto de los más pequeños no tiene por qué ser aburrido si se elige y se prepara bien: documentales en casa.
- Tiempo para leer: La lectura es un viaje gratis que alimenta las neuronas de grandes y pequeños: novelas de aventuras, biografías, cuentos… Busca una biblioteca cercana y ¡a elegir!
- Idiomas: Deja de lado los formatos más académicos y acostumbra a toda la familia a ver series o películas en versión original, ¡a ver quién entiende antes!
- Tertulias: Tiempo para que cuenten sus cosas y qué opinan sobre el mundo.
- Dar gracias a Dios por pasarlo bien y estar juntos.