A palabras necias… ¿Qué?
Una vez alguien me dijo:
– después de muchos años de vida he descubierto que en la vida hay cuatro clases de personas: uno el que nunca notamos (no importa el número de veces que nos encontremos cara a cara); dos, aquel con el que compartimos muchas horas durante años de nuestra vida, pero que no deja ningún tipo de marca en la persona. Tres: aquellos que nos quieren y conocen desde pequeños; cuatro: personas con las que compartimos unos pocos minutos pero que nos marcan para siempre. Estos últimos tienen «un carisma indefinible» que la gente llama don de gentes.
Una palabra de ánimo, dicha a tiempo, puede causar una honda impresión que vaya más allá del momento…
Sigue una bella metáfora…
La rana que «pasó» de los consejos
Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron cuan hondo este era, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas.
Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió, se desplomó y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía sentido seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le dijeron: «Nos alegra que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos».
La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás gesticulaban tanto porque le estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.
Moraleja
1) La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida con alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarle al finalizar el día.
2) Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser le que acabe por destruir. Tengamos cuidado con lo que decimos.
3) Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros. En la NASA, hay un póster muy simpático de una abeja, que dice así: «Aerodinámicamente el cuerpo de una abeja no está hecho para volar, lo bueno es que la abeja no lo sabe».