La Ley del Gusto
Hay quien pasa por la vida regalándose todos los gustos. Cuando esto mismo se convierte en ley, ocurre que la misma naturaleza se resiente. De ahí que «la mortificación del gusto» sea altamente recomendada (en vez de vivir siguiendo la ley del gusto).
Un joven británico de tan sólo veinte años ha fallecido a causa de una enfermedad hepática producida porque a lo largo de toda su vida no ha comido otra cosa que patatas fritas, tostadas con mantequilla y judías enlatadas con salsa. Scott Martin, según ha relatado su familia, no quería comer otra cosa, ni fruta ni verdura, ni carne ni pescado. Esta dieta, al cabo de los años le ha producido una enfermedad grave, la cirrosis hepática, una forma de hepatitis autoinmune, que hace que el sistema inmunitario ataque las células del hígado.
La sangre del joven era tan líquida que corría el riesgo de morir desangrado continuamente, cosa que finalmente ocurrió, tras tener que quitarle varios dientes, porque la infección que tenía amenazaba también su salud. Los médicos le propusieron un transplante de hígado, cosa que Martin rechazó, finalmente; y también fueron en vano los esfuerzos de una dietista que le recomendó variar su alimentación para frenar la cirrosis.
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