Mi viaje a Brasil comenzó con la visita a la ciudad de Río de Janeiro, donde pasé unos días explorando sus famosas playas, incluyendo la icónica playa de Copacabana. También subí al Cristo Redentor y disfruté de las impresionantes vistas de la ciudad desde el Pan de Azúcar. Sin embargo, también tuve que ser cauteloso en cuanto a mi seguridad, ya que había oído que Río de Janeiro podía ser peligroso en algunos lugares. Evité caminar solo por la noche y no llevé objetos de valor conmigo.
Después de Río de Janeiro, visité la ciudad de São Paulo, que es un centro de negocios y tiene una vibrante vida nocturna. Allí, me sumergí en la cultura local y disfruté de la comida brasileña deliciosa y variada. Tuve la oportunidad de probar algunos platos típicos, como el churrasco, la feijoada y el pão de queijo. También probé la caipirinha, un cóctel de cachaça y lima que es muy popular en Brasil.
También fui a Florianópolis, una ciudad costera en el sur de Brasil que es un destino popular para practicar surf. Allí, pasé dos días en hermosas playas y disfruté del ambiente relajado y tranquilo de la ciudad. También probé algunos mariscos frescos, que son una especialidad de la zona.
Por último y antes de llegar a Porto Alegre pasé por el mini mundo (parque único al aire libre con una cafetería y réplicas en miniatura complejas de edificios internacionales) en Gramado.
En cuanto al transporte, utilicé el transporte público, que era accesible y económico. Sin embargo, también tomé precauciones en cuanto a la seguridad en los lugares públicos, como en el transporte público.
En general, mi viaje a Brasil fue una experiencia increíble. Disfruté de la comida deliciosa, la cultura vibrante y la belleza natural del país. Sin embargo, también tuve que ser cauteloso en cuanto a la seguridad, especialmente en las zonas turísticas.