Si una elevada meta y un entusiasmo son o no auténticos, es algo que no se nota en los momentos solemnes, sino en lo cotidiano. Si alguien va o no en serio, es algo que no se ve en las grandes decisiones, sino en las tareas pequeñas de cada día. Ir en serio, afrontar la realidad con pensamientos grandes, quiere decir informar con ese mismo espíritu la propia vida cotidiana en las mil pequeñas ocasiones que se presentan todos los días.
(R. Guardini, «La formación de sí mismo», p. 50)