«El artista suizo Colman Hunt pintó un cuadro que representa a Jesús en un jardín al oscurecer. Con la mano izquierda sostiene una lámpara que ilumina la escena. Con la derecha llama a una puerta pesada y oscura.
Cuando el pintor mostró el cuadro por primera vez en una exposición, un visitante echó en falta un detalle.
– En el cuadro hay un fallo -dijo-. La puerta no tiene manilla para abrir.
– No es un error -respondió el pintor-. En este cuadro he querido representar la puerta del corazón humano. Y éste se abre sólo desde dentro».