Mi casilla, mi quietud, mi güertecillo y estudio…
“… Mi casilla, mi quietud, mi huertecillo y estudio…”
Así define su casa Félix Lope de Vega (1562-1635) en una carta dirigida a un amigo. Situada en pleno centro histórico, en el Barrio de las Letras, la Casa Museo Lope de Vega se ubica en el edificio donde el escritor vivió sus últimos 25 años. La recreación de ambientes, cuyo objetivo es que se respire la presencia de Lope, evoca la vida cotidiana del Siglo de Oro y nos acerca a su intimidad. El equipamiento de la casa incorpora obras de arte, mobiliario, enseres y ediciones bibliográficas vinculadas al literato y su tiempo. También se exhiben varios cuadros depositados por el Museo del Prado.
En la entrada de la casa se halla el zaguán que da acceso al jardín, hoy un remanso de tranquilidad en pleno centro de la ciudad. En la planta principal se sitúa el pequeño oratorio donde el escritor, tras ser ordenado sacerdote, empezó a celebrar misa diaria. Siguiendo el recorrido está el estudio, un espacio privado que fue testigo de lo mejor de su obra literaria, y la alcoba, la pieza más pequeña del museo y donde murió el escritor. En la planta abuhardillada se ubica el cuarto de huéspedes o del capitán Contreras, uno de los invitados más populares que se hospedaron en la casa.
La restauración de la casa recayó sobre los arquitectos Emilio Moya y muy especialmente sobre Pedro Muguruza. En las obras, las jambas de granito que Álvarez Baena echaba en falta aparecieron en otros rincones del edificio, la inscripción del dintel de la puerta principal es auténtica y se descubrió (un trozo de ella) entre los materiales que rellenaban el pozo… Y en 1935, cuando se cumplían trescientos años de la muerte de Lope de Vega, el edificio se declaró monumento y se inauguró como museo.
Otros museos y colecciones transfirieron obras de arte, mobiliario, enseres y ediciones bibliográficas para completar la casa. Así, en ella se incorporaron depósitos del Museo del Prado, Museo Arqueológico Nacional, Instituto Valencia de Don Juan, Museo de Santa Cruz y Biblioteca Nacional, además de algunas donaciones particulares.
En 1949-59 se amplió el museo –se habilitó el piso abuhardillado–, y en 1965 y 1973 se retocaron la fachada y las cubiertas. En 1990 se firmó un Convenio de Cooperación Cultural entre la RAE y la Comunidad Autónoma de Madrid, que finalmente, desde el 18 de diciembre de 2007, asumió la gestión de la casa museo.
La Casa Museo Lope de Vega, situada en el centro histórico de Madrid (“Hermosa babilonia, en que he nacido”, llamaba a la ciudad el poeta), sirve no solo de homenaje merecido al grandísimo escritor y de estímulo al conocimiento de su figura y de su obra, sino también como tentadora puerta de entrada al Siglo de Oro español y al interesante Madrid del XVII, a sus viviendas, su sociedad, su historia, religión y cultura.