«Quien empieza a contemplar la vida de los santos descubre una riqueza inagotable en la historia de su existencia, que más que ejemplos homiléticos, son la confirmación de la palabra de Cristo en siglos de sangre y lágrimas».
«Quien empieza a contemplar la vida de los santos descubre una riqueza inagotable en la historia de su existencia, que más que ejemplos homiléticos, son la confirmación de la palabra de Cristo en siglos de sangre y lágrimas».