“Estaba la Dolorosa
junto al leño de la Cruz.
¡Que alta palabra de luz!
¡Qué manera tan graciosa
de enseñarnos la preciosa
lección del callar doliente!
Tronaba el cielo rugiente.
La tierra se estremecía.
Bramaba el agua… María
estaba, sencillamente”
“Estaba la Dolorosa
junto al leño de la Cruz.
¡Que alta palabra de luz!
¡Qué manera tan graciosa
de enseñarnos la preciosa
lección del callar doliente!
Tronaba el cielo rugiente.
La tierra se estremecía.
Bramaba el agua… María
estaba, sencillamente”