En 1902 se construyó el puente de hierro y madera actual. El proyecto se realizó por el ingeniero de caminos valenciano José María Fuster y Tomás, y erigido por George H. Bartle, cuya fundición, también valenciana, contaba con gran renombre por aquella época, quedando inaugurado el 19 de abril de 1903. Es un puente rectilíneo, de 100 metros de longitud en dos vanos y 60 metros de altura máxima, apoyado en los pilares de arranque de sillería del puente anterior y, en el centro, en un puntal de hierro.
Parte del patrimonio de la ciudad de Cuenca, es uno de los mejores lugares desde los cuales observar las Casas Colgadas.