VIDA ETERNA.- PENSAD EN LA VIDA ETERNA

«Hubo una vez un país en el que imperaban estas costumbres:

Cada diez años se elegía un rey. Este era durante diez años Rey y Señor en todo lo que concernía a su país. Pero después de estos años de ensueño en que podía disfrutar de todo terminaba su dominio.

Se le quitaba el cetro y la corona y se le desterraba a una isla estéril donde moría de hambre.

Uno de estos reyes era más listo que los demás. Apenas subió al trono, no pensó ya tanto en su gobierno como en la ISLA donde iría a parar al acabarse su reinado.

Mandó construir allí palacios, jardines, prados, piscinas, y trabajar los campos.

Después mandó que se llevaba a aquella isla lo mejor y más precioso de su Reino».

¿No es esto obrar sensatamente previendo el futuro?

Una historia que cuenta San Juan Damasceno