Querido papá,
Aún no puedo creer que ya no estás con nosotros. Tu presencia siempre ha sido una parte importante de mi vida y la de mi familia, y ahora ese vacío es tan real y doloroso.
Pero quiero que sepas que tu legado y tu amor vivirán en nosotros para siempre. Recuerdo con cariño los momentos que pasamos juntos, desde los partidos de fútbol hasta las tardes de juegos en el jardín. Eres un padre amoroso y dedicado, y siempre hacías todo lo posible para que nosotros estuviéramos felices y protegidos.
Gracias por enseñarme valores importantes como la honestidad, la responsabilidad, la humildad y el trabajo. Gracias por ser un buen ejemplo para mí y por ser mi guía en la vida. Gracias por tu amor incondicional y por apoyarme en todo momento.
Ahora estás en el Cielo rodeado de paz y amor eterno. Espero que estés descansando y sintiéndote libre. Sé que aún estás cuidándonos y bendiciéndonos desde allí arriba.
Aunque no puedo estar contigo físicamente, mi amor por ti siempre será fuerte y eterno. Siempre tendrás un lugar especial en mi corazón y en la memoria de todos los que te conocieron.
Con tristeza y gratitud.