Va por la calle un niño de unos 4 ó 5 años con su padre. De pronto, el niño empieza a hacer peguntas:
Papá, cuando lleguemos a casa ¿vas a darme la cena?
El padre no responde nada.
Oye, papá, ¿vamos a ver la tele?
El padre sigue sin responder.
Papá, ¿qué vas a darme para cenar?
Y ante el continuo silencio del padre, el pequeño exclama:
¡Ay, qué pocas ideas tenemos cuando no está mamá!