A veces se muestra la realidad desnuda, sin esconder nada
El pintor griego, Zeuxis presumía ante su rival artístico Parrasio de haber pintado en un cuadro unas uvas tan reales que los pájaros intentaban picotearlas.
Parrasio le apostó que era capaz de realizar una pintura más perfecta que aquella. Cuando Zeuxis llegó al estudio de Parrasio, lienzo objeto de la apuesta estaba tapado por una tela. Zeuxis le pidió que retirara la tela para ver la supuesta maravilla y Parrasio le contestó que acababa de ganar la apuesta, puesto que la tela estaba pintada sobre el lienzo.