Hay que salir del armario
Hay que dejarse de tonterías, de que van a pensar o de que van a arrugarse: somos quienes somos y queremos ser más; estamos orgullosos de serlo: sal del armario y haz apostolado…
Ahora, por si te sirve lee esta anécdota, que es, una vez más refrescante, contribución de uno de nuestros asiduos lectores…
El otro día, al llegar a Irlanda, «casualmente» me perdí. Tuve que pedir ayuda a un taxista, que era negro; como conozco a los nigerianos me cercioré de que era nigeriano y me alegré de ver un rosario colgando del retrovisor. – este se va a enterar, pensé. Después de preguntarle si el coche era suyo (me dijo que sí y de si era católico me dijo que sí) le pregunté si era nigeriano y me dijo que sí. Le conté de mis andanzas por Nigeria. Le expliqué un poco más en profundidad qué era la Misa, la Comunión. Quedamos que el domingo siguiente me traerían comida nigeriana y me presentaría a su mujer y a sus cinco hijos. Y ayer, domingo, me trajeron la comida y me presentaron a sus hijos, jugamos a fútbol. El día siguiente vino a su primer retiro mensual (en el que se confesó y ha compró Surco, un libro espiritual de consecuencias inimaginables para su alma; al día siguiente su mujer seguiría sus pasos) Todo comenzó «casualmente, con un despiste». Pronto sus hijos recibirían formación…