Querido ser querido,
En este día, en el que recordamos con tristeza tu partida, queremos dedicarte esta carta para expresar cuánto te extrañamos y cuánto nos duele tu ausencia. Tú, que te dedicabas al deporte con pasión y dedicación, dejaste un legado imborrable en nuestras vidas.
Recuerdo cada momento en el que compartimos juntos tu amor por el deporte. Desde los días en los que practicábamos juntos, hasta las competencias en las que nos animabas desde las gradas, siempre fuiste una inspiración para nosotros. Tu determinación, tu disciplina y tu espíritu competitivo eran admirables.
Desde que partiste, el mundo del deporte ha perdido un gran talento y nosotros hemos perdido a alguien ir reemplazable. Sin embargo, tu legado vive en los corazones de todos los que te conocieron y admiraron. Tu pasión por el deporte y tu ejemplo de perseverancia siguen motivándonos a superarnos cada día.
En este momento de despedida, no puedo evitar recordar los momentos felices que compartimos contigo. Las risas, las alegrías y los logros que alcanzamos juntos en el deporte. Aunque el dolor de tu partida es profundo, quiero enfocarme en esos momentos de felicidad y gratitud por haberte tenido en nuestras vidas.
Hoy, al recordarte, nos comprometemos a seguir tus pasos y a honrar tu memoria a través del deporte. Continuaremos practicando con pasión y dedicación, recordando siempre que el deporte no solo se trata de la competencia, sino también de los valores de amistad, respeto y superación personal.
Aunque ya no estés físicamente con nosotros, siempre estarás presente en nuestros corazones y en cada competencia en la que participemos. Tu espíritu deportivo y tu amor por el juego vivirán en nosotros para siempre.
Con amor y gratitud,
[Tu Nombre]