Conjugación del verbo «amar» de Pedro Antonio de Alarcón (1881)
CORO DE ADOLESCENTES.- Yo amo, tú amas, aquél ama; nosotros amamos, vosotros amáis; ¡todos aman!
CORO DE NIÑAS.- (A media voz.) Yo amaré, tú amarás, aquélla amará; ¡nosotras amaremos! ¡vosotras amaréis! ¡todas amarán!
UNA FEA Y UNA MONJA.- (A dúo.) ¡Nosotras hubiéramos, habríamos y hubiésemos amado!
UNA COQUETA.- ¡Ama tú! ¡Ame usted! ¡Amen ustedes!
UN ROMÁNTICO.- (Desaliñándose el cabello.) ¡Yo amaba!
UN ANCIANO.- (Indiferentemente.) Yo amé.
UNA BAILARINA.- (Trenzando delante de un banquero.) Yo amara, amaría… y amase.
DOS ESPOSOS.- (En la menguante de la luna de miel.) Nosotros habíamos amado.
UNA MUJER HERMOSÍSIMA.- (Al tiempo de morir.) ¿Habré yo amado?
UN POLLO.- Es imposible que yo ame, aunque me amen.
EL MISMO POLLO.- (De rodillas ante una titiritera.) ¡Mujer amada, sea V. amable, y permítame ser su amante!
UN NECIO.- ¡Yo soy amado!
UN RICO.- ¡Yo seré amado!
UN POBRE.- ¡Yo sería amado!
UN SOLTERÓN.- (Al hacer testamento.) ¿Habré yo sido amado?
UNA LECTORA DE NOVELAS.- ¡Si yo fuese amada de este modo!
UNA PECADORA.- (En el hospital.) ¡Yo hubiera sido amada!
EL AUTOR.- (Pensativo.) ¡AMAR! ¡SER AMADO!