Comprenderlo todo es perdonarlo todo.
No juzguemos actitudes y comportamientos que no compartimos. Es síntoma de buena educación comprender comportamientos ajenos, sin recriminarlos. Siempre es mejor excusarlos que ridiculizarlos. Ahi se ve la grandeza de una persona.

Oir, ver y callar, recias cosas son de obrar.
Se podría equiparar a «La prudencia es la madre de la ciencia». En muchas ocasiones la mejor forma de actuar educadamente, es escuchar y guardar silencio. O como vulgarmente se dice no «metiendo baza».

Ir contracorriente no es de hombre prudente.
No podemos obviar las normas y costumbres, y actuar de forma contraria a las mismas. Las normas están para cumplirlas.

Quien de dos relojes se sirve, nunca sabe en que hora vive.
Una cosa es la educación y otra el propio criterio. No se puede «jugar» a dos bandas y querer estar de acuerdo con todos los pareceres. No sea una persona «veleta» sin criterio propio.

Lo poco agrada y lo mucho enfada.
Nunca exagere sus modales ni su cortesía. Puede caer en la exageración y resultar demasiado «empalagoso».

En el medio está la virtud.
A tenor del refrán anterior, indica que la moderación es la mejor forma de educación. Actuar de forma moderada en cualquier ocasión, sin llegar a «atosigar» con nuestros excesos de buenas maneras.

Las apariencias engañan.
No se puede juzgar por el aspecto externo, aunque sea nuestra primera referencia de una persona. Como se decía en la edad Medieval, un caballero debe serlo no parecerlo. Las personas educadas se ven por sus obras y no por su apariencia. Aunque no por ello debemos descuidar nuestra apariencia y nuestra forma de vestir.

Al hombre mayor, darle honor.
Indica el respeto que debemos guardar por cualquier persona de avanzada edad. Todas ellas merecen todo nuestro honor y respeto. Además, como podemos ver en muchos capítulos de nuestra Web, tiene una gran importancia la edad como trato preferencial en diversas situaciones.

Vale más caer en gracia, que ser gracioso.
El buen carácter, la educación y la simpatía son mejor tolerados que la falsa cortesía o el forzado ingenio de algunas personas. Hay que ser natural y educado.

De su talento, ninguno hay descontento.
Las personas cultas y educadas, suelen ser bien aceptadas por todo el mundo. Su prudencia y su buen hacer son las mejores cartas de presentación de una persona.

Más vale ciencia que renta.
Es mejor comportarse bien y tener buena cultura y buenas maneras, que tener solamente dinero.

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