«Muchas almas quisieran verse libres de los lazos que las tienen cautivas a la tierra, para volar hacia Dios, y de hecho volarían muy alto en la santidad si se desprendiesen completamente de las criaturas; mas cuando conservan cualquier aficioncilla desordenada que no se esfuerzan por romper, andan siempre gimiendo y lamentándose, sin elevarse un palmo de tierra».
(S. Alfonso Mª de Ligorio, “Práctica del amor a Jesucristo”, cap. XI, p. 162)