Si quieres ser fiel, sé muy mariano.
Nuestra Madre —desde la embajada del Angel, hasta su agonía al pie de la Cruz— no tuvo más corazón ni más vida que la de Jesús.
Acude a María con tierna devoción de hijo, y Ella te alcanzará esa lealtad y abnegación que deseas.
Via Crucis: XIII, 4.San Josemaría