Querido hijo,
Hoy me siento frente a estas palabras con el corazón lleno de amor y tristeza. Tu partida dejó un vacío que nunca podrá ser llenado, y cada día siento la ausencia de tu risa, tu alegría y tu amor.
Recuerdo los momentos felices que compartimos, cada risa compartida, cada abrazo reconfortante. Cierro los ojos y puedo verte, como si estuvieras aquí conmigo. Aunque no estés físicamente presente, tu espíritu vive en cada rincón de mi ser.
La vida parece injusta al haberte llevado tan pronto, pero sé que ahora estás en paz. Imagino que estás explorando nuevos horizontes, libres de dolor y sufrimiento. Si pudiera tenerte de vuelta, lo haría en un instante, pero la realidad es que debo seguir adelante con tu amor guiándome.
Te extraño más de lo que las palabras pueden expresar. Aunque ya no pueda abrazarte, siempre llevaré tu recuerdo en mi corazón. Descansa en paz, querido hijo. Que encuentres la paz eterna y que tu luz brille en el cielo como lo hizo en mi vida.
Con amor eterno,
[Tu Nombre]