Los primeros cristianos sabían comunicar bastante bien sin licenciaturas en Ciencias de la Comunicación. Ni siquiera tenían una cultura particularmente elaborada, pero fueron ellos quienes vencieron la batalla cultural y comunicativa de entonces.
Porque cuando el cristiano se comporta como cristiano, convence siempre. Una persona con convicciones posee una potencia infinitamente superior a la de quien tiene sólo intereses.
El cristianismo, desde este punto de vista, es sobre todo un modo de vivir, que mientras vive y mientras goza la vida, la razona, la explica, hace evidente toda su congruencia interna…
(Joaquín Navarro Valls)