Querida Mamá,
Las palabras se quedan cortas para expresar el profundo dolor que siento en este momento. Hoy, el mundo ha perdido una luz brillante, y mi corazón está lleno de un vacío inmenso al despedirme de ti.
Tu partida ha dejado un vacío imposible de llenar. Tu amor incondicional, tus abrazos cálidos y tu sabiduría eterna han sido pilares en mi vida, y tu ausencia se siente abrumadora.
Recuerdo tus risas, tus palabras alentadoras y la fuerza que irradiabas en cada momento. Cada recuerdo es un tesoro que atesoro con cariño y gratitud. Tu amor perdurará en mi corazón y en cada parte de mi ser, guiándome en cada paso que dé.
Aunque me duele profundamente despedirme, encuentro consuelo en los momentos compartidos, en las enseñanzas que me diste y en el amor que siempre nos unirá. Eres y siempre serás mi guía, mi inspiración, mi ejemplo de amor y valentía.
Me despido con un nudo en la garganta, con lágrimas que reflejan el amor que te tengo. Descansa en paz, querida mamá, y que tu luz siga brillando en cada estrella que ilumine el cielo.
Siempre te amaré.